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Martín Fierro. El libelo racista transformado en poema nacional

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En la Argentina desde 1993 se conmemora el 6 de diciembre el Día Nacional del Gaucho, para reivindicar el “ser argentino” como homenaje a la publicación del Martín Fierro del poeta José Hernández en 1872. En la actualidad la obra de Hernández es fuente de inagotables críticas, por el racismo y la xenofobia que ofrece en sus versos contra negros e indios.

 

Discriminación, menosprecio y xenofobia

En no pocas sextinas de José Hernández se lee discriminación, menosprecio y xenofobia. Los versos de esa obra están plagados del viejo recurso de la animalización de personas. Los indios son comparados con “hormigas”, “tortugas”, “peludos”, “saltan como tigres” o “cabras” y son “cerdudos” y cuando bailan parecen “fieras”, dan “bramidos” y “rugían”. A los indios se los describe como borrachos, dormilones y roncadores; asesinos, invasores, salvajes, secuestradores, ladrones, infieles, feroces y crueles; malditos, vengativos, vagabundos, brutos y amenazantes. Que a la mujer le dan un trato malo, que las tienen como esclavas y les dan el trabajo pesado que ellos no quieren hacer.  Todos esos calificativos están desparramados en los versos de nuestra obra cumbre.

 

Descalificación naturalizada

A partir de allí se conforma una idealización con las descalificaciones naturalizadas como argumento para la posterior represión, muerte, desaparición y reducción a la servidumbre de hombres, mujeres y niños. Ello se inscribía en una campaña mediática para quedarse con millones de hectáreas de las tierras más fértiles del mundo, que fueron a parar a un puñado de milicos y personajes de la oligarquía, que financiaron la denominada conquista del desierto.

 

Repasamos a continuación algunos de los versos del Martín Fierro sobre el indio.

 

Todo el peso del trabajo lo dejan a las mujeres el indio es indio y no quiere apiar de su condición, ha nacido indio ladrón y como indio ladrón muere.

 

Esos indios vagabundos, con repunancia me acuerdo, viven lo mesmo que el cerdo en esos toldos inmundos.

 

Es tenaz en su barbarie no esperen verlo cambiar; el deseo de mejorar en su rudeza no cabe; el bárbaro solo sabe emborracharse y peliar.

 

Se cruzan en el desierto como un animal feroz; dan cada alarido atroz que hace erizar los cabellos; parece que a todos ellos los ha maldecido Dios.

 

Naides puede imaginar una miseria mayor; su pobreza causa horror; no sabe aquel indio bruto que la tierra no da fruto si no la riega el sudor.

 

Allá no hay misericordia ni esperanza que tener; el indio es de parecer que siempre matar se debe, pues la sangre que no bebe le gusta verla correr.

 

El indio pasa la vida robando ó echao de panza; la única ley es la lanza a que se ha de someter; lo que le falta en saber lo suple con desconfianza.

 

Y que dice el Martín Fierro sobre los negros.

 

“A los blancos hizo Dios, A los mulatos San Pedro, A los negros hizo el diablo para tizón del infierno.”

 

También está la escena donde una pareja de negros entra a la pulpería y el gaucho ebrio y pendenciero dice “va ca yendo gente al baile” y entonces el negro para defender el honor de su dama se entrevera con el gaucho borracho y el Martín Fierro lo mata y el verso dice “y como un saco de güesos contra un cerco lo largué”.

 

Supe una vez por desgracia que había un baile por allí, y medio desesperao A ver la milonga fuí. Riunidos al pericón Tantos amigos hallé, Que alegre de verme entre ellos Esa noche me apedé. Como nunca, en la ocasión Por peliar me dió la tranca. Y la emprendí con un negro Que trujo una negra en ancas. Al ver llegar la morena, Que no hacía caso de naides, Le dije con la mamúa: -Va…ca…yendo gente al baile.-

La negra entendió la cosa Y no tardó en contestarme, mirándome como a un perro: -Mas vaca será su madre._

Y dentró al baile muy tiesa Con más cola que una zorra, Haciendo blanquiar los dientes Lo mesmo que mazamorra.

-!Negra linda!-… dije yo. -Me gusta… pa la carona-; Y me puse a champurriar Esta coplita fregona:  -A los blancos hizo Dios, A los mulatos San Pedro, A los negros hizo el diablo Para tizón del infierno. -Había estao juntando rabia El moreno dende ajuera; En lo escuro le brillaban Los ojos como linterna. Lo conocí retobao, Me acerqué y le dije presto: -Po…r…rudo que un hombre sea Nunca se enoja por esto.- Y ya se me vino al humo Como a buscarme la hebra, Y un golpe le acomodé Con el porrón de ginebra. Ahi nomás pegó el de hollín Mas gruñidos que un chanchito, Y pelando el envenado Me atropelló dando gritos. Yo tenía un facon con S, Que era de lima de acero; Le hice un tiro, lo quitó Y vino ciego el moreno; Y en el medio de las aspas Un planazo le asenté, Que lo largue culebriando Lo mesmo que buscapié.

Le coloriaron las motas Con la sangre de la herida, Y volvió a venir jurioso Como una tigra parida. Y ya me hizo relumbrar Por los ojos el cuchillo, Alcanzando con la punta A cortarme en un carrillo. Me hirvió la sangre en las venas Y me le afirmé al moreno, Dándole de punta y hacha Pa dejar un diablo menos. Por fin en una topada En el cuchillo lo alcé, Y como un saco de güesos Contra un cerco lo largué. Tiró unas cuantas patadas Y ya cantó pal carnero: Nunca me puedo olvidar De la agonía de aquel negro. En esto la negra vino Con los ojos como ají Y empezó la pobre allí A bramar como una loba. Yo quise darle una soba A ver si la hacía callar, Mas pude reflexionar Que era malo en aquel punto, Y por respeto al dijunto No la quise castigar. Limpié el facón en los pastos, Desate mi redomón, Monté despacio y salí Al tranco pa el cañadon. Después supe que al finao Ni siquiera lo velaron, Y retobao en un cuero, Sin rezarle lo enterraron.

 

Legado

¡Qué flor de tradición nos legó Hernández! Ese es nuestro poema nacional, que lo elevó Lugones que representaba a la Liga Patriótica Argentina, a obra cumbre de la Argentina durante un acto en un teatro porteño con sus versos claramente xenófobos y racistas.

El sistema escolar, especialmente después de que Lugones legitimara esa obra, hizo propia la poesía de Hernández y los tiernos y no tan tiernos escolares leían esos versos.

 

Bibliografía

Pierre Vidal-Naquet, El mundo de Homero, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2011, pp. 41-101.

Homero, Ilíada, Madrid, Gredos, 2006, p.6, Canto I, vv. 158-160. Traducción de Emilio Crespo.

José Hernández, Martín Fierro, Buenos Aires, Colihue, 1999, ‘La vuelta de Martín Fierro’, cap. II, III y IV.

José Hernández, Instrucción del estanciero, Buenos Aires, Claridad, 2008, pp. 11-12.

AUNO HRC

Marcelo Valko.

 

Libelo. Escrito en que se calumnia o denigra a personas, ideas o instituciones.

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