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Noticias de Esquel en el recuerdo. Expedición a las cataratas del Vodudahue

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«Agua helada que corre bajo una piedra…» es la traducción que hace algo más de cuarenta años y a pedido de los expedicionarios realizara don Carlos Corallini, de la palabra o vocablo Mapuche Vodudahue. Remoto y lejano lugar, del que algunas historias se habían escuchado e inclusive otras expediciones habían incursionado en esa mítica región, incluido el mismísimo Fray Francisco Menéndez.

 

Algo más que la aventura y la curiosidad había prendido en los espíritus inquietos de los Esquelenses Roy Wergzyn y Enrique «Quelo» Arriola hacía varios años atrás, dónde pensaron por primera vez en realizar esa gran expedición a la región Chilena, dónde recorrerían el Río Vodudahue pasando desde Argentina.

 

Eran otras épocas y otras circunstancias. Cuestiones a tener en cuenta en la planificación eran muchísimas; las económicas, la seguridad, logística y humanas entre otras varias. 1982 fue el año elegido y los meses de febrero/marzo los meses para realizarla. Nada podía quedar al azar como nada quedó al azar, la elección de sus integrantes tampoco…. Carlos «Quelo» Arriola (Jefe), Roy Wergzyn (Guía), Mario Vocos (Andinista), José Topazzini (Médico), Dino Carlos Burelli (Cronista), Adrián Monjeau (Zoólogo) y Julián Bourimborde (Médico que por razones laborales no pudo realizar la expedición) por lo que fueron seis los que integraron finalmente la misma.

 

Desde el campo de Roy Wergzyn en Lago Cholila (dónde se habían reunido el día 14/2) iniciaron la salida el día 15 de febrero muy temprano con dos lanchas de apoyo que cruzaron dicho lago llevando personal y equipos. Sobrevendrían a ésta extensas y agotadoras jornadas pasando por bosques, subiendo montañas, trepando cañaverales, salteando mallines, vadeando ríos y transitando glaciares. Como parte de las tareas previas – con la asistencia de Roy – los expedicionarios habían sobrevolado la zona en varias oportunidades y tenían referencias del recorrido a realizar.

 

Cartas y mapas habían chequeado todas/os los que pudieron, aunque nunca se sabe qué hay más allá, siempre tuvieron la seguridad necesaria para avanzar en busca de su objetivo. El clima se predisponía a darle chances con las lluvias ya que esa región se caracterizaba por recibir muchos milímetros anuales según los registros verificados hasta ese entonces. Noches muy frías y días calurosos hacían que los tábanos y mosquitos fueran acompañantes inseparables de los montañeses.

 

Los ríos Tigre, Alejandro, Barceló, Sumataqui, Alerce (El que desemboca en el brazo Sur del Menéndez), Laguna Vidal y Vodudahue fueron algunos de los que recorrieron y/o vadearon, entre otros lagos, glaciares y cumbres de cerros que tuvieron que sortear.

 

No sólo de aventuras estuvo colmado todo el tiempo y trayecto realizado, sino también de datos geográficos que no existían en los mapas (o no estaban exactos) y también relevamientos de especies animales y vegetales autóctonas, ya que en el grupo había un zoólogo (Adrián Monjeau) que además de cumplir su rol principal de encargado de la comida realizaba su tarea específica en sus tiempos libres.

 

El grupo se denominó Agrupación Andina Los Alerces, la expedición «Vodudahue 82», su objetivo, el de «redescubrir» los saltos del Vodudahue, fue cumplido por este grupo de montañeros Esquelenses no sólo para ellos. La expedición y ellos mismos, hoy son parte de la historia reciente del montañismo local y regional.

 

La nobleza del franco desafío en el ambiente agreste, desconocido, hostil, en un clima de verdadero respeto a la naturaleza, valoriza aún más la hazaña, por lo que recordarla hoy es resaltar aquél esfuerzo y reconocerles, a estos montañeros, su lugar bien ganado en la memoria de quienes – como ellos- no dejamos de deslumbrarnos cada vez que nos encontramos en esos lugares remotos y que todavía no reciben la mano destructora del hombre.

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