Eduardo Alberto Colella nació en Mar del Plata el 29 de noviembre de 1955. Era militante de la Juventud Peronista en el ámbito barrial, como en la Escuela Técnica Nº 1 “Manuel Belgrano” donde era parte de la Unión de Estudiantes Secundarios UES. Fue secuestrado y desaparecido mientras hacía el servicio militar en Esquel.
El 10 de noviembre las fuerzas represivas van al domicilio de la familia Colella en Mar del Plata, buscaban a un chico del que ni sabían el nombre, sus padres y hermanas sorprendidos y aterrorizados les informaron que estaba en Esquel cumpliendo su servicio militar obligatorio.
Durante la semana que siguió al allanamiento, al no recibir noticias del conscripto, los padres viajaron a Esquel. Allí los recibió el teniente coronel Fernando Eugenio CHERCOLES, jefe del Destacamento, quien les aclaró que el soldado había sido trasladado al Comando del V Cuerpo de Ejército por orden de la superioridad». Un capitán de la unidad de CHERCOLES, amplió la información y confió a los padres que su hijo había sido detenido por «sospechoso». Eso fue el 12 de NOVIEMBRE de 1976, cuando a la edad de 21 años Colella fue secuestrado y desaparecido mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, en el Destacamento de Exploración de Caballería de Montaña 3 –Coraceros General Pacheco- en Esquel, Chubut. La alarma del matrimonio creció al enterarse, por medio de conscriptos compañeros de Eduardo, que el joven había sido trasladado encapuchado y esposado al aeropuerto de Esquel, donde un avión se lo había llevado a algún lugar que los informantes no podían precisar, quizá Bahía Blanca. Hacia esta ciudad viajaron los padres, pero no obtuvieron de las autoridades militares ninguna información.
Después de días de búsqueda angustiosa, el 15 de febrero de 1977 llegó una carta de CHERCOLES destinada a los padres de Eduardo. En ella les informaba que el soldado COLELLA había recibido en Bahía Blanca la orden de reintegrarse a su unidad en Esquel, libre de culpa y cargo, pero como el joven no se había presentado en la unidad, «se habían iniciado actuaciones por deserción». Increíblemente, CHERCOLES solicitaba a los padres del «desertor» que influyesen sobre el muchacho para que regresase al cuartel.
Eduardo aún continúa desaparecido y su caso sigue impune.
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