Los especialistas afirman que en nuestro país el principal padecimiento mental es la ansiedad, que afectan a tanta gente que se trata de una pandemia. Y en este sentido nos preguntamos qué pasa en Esquel?.
Para saber de esto visitamos el consultorio del Licenciado en Psicología Mario Saldivia, quien nos confirma que en Esquel la ansiedad motiva el 80% de las consultas en su consultorio. En este sentido nos cuenta que en épocas de crisis económica y ajuste como las actuales, aumenta la demanda y en muchos casos los pacientes tienen complicaciones con afrontar el costo del tratamiento.
A continuación te acercamos más información que aportan sitios web especializados en el tema ansiedad. Fuente Psicología Científica.
Hay que aclarar que la ansiedad es un fenómeno normal, no patológico. Es el tono emocional mediante el que respondemos a un estímulo. Puede ser bajo, óptimo o excesivo, cuando la respuesta antecede al estímulo y uno afronta sistemáticamente situaciones de incertidumbre, el cuerpo y la mente se acostumbran a la prevención de respuesta y se genera un estado ansioso. Eso sí es patológico y frecuente cuando estamos frente a estímulos oscilantes, como por ejemplo la inflación.
La ansiedad es una respuesta emocional que se presenta en el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, aunque en realidad no se pueden valorar como tal, esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva porque es excesiva y frecuente. Es por esto que la ansiedad es considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba toda una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común, extrema de carácter patológico, que se manifiesta en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual y psicofisiológico. Estos factores son expresados en diferentes ámbitos como el familiar, social o bien el laboral. Es precisamente en este último donde el presente estudio de investigación experimental se llevó a cabo, teniendo como su principal objetivo la disminución de los niveles de ansiedad del personal de una organización financiera a través de la implementación de un método y ejercicios mentales (Mental Gold). Para el desarrollo de dicho estudio se contempló el apoyo del diseño pretest y postest con división de grupo, control y experimental, fortaleciendo así los principios de confiabilidad y validez, los cuales se reflejaron en los resultados, ya que se presentó una reducción de la ansiedad.
Te contamos a continuación cuáles son las siete ansiedades que afectan la vida de los argentinos. Fuente Salud Mental Argentina.
Ansiedad económica: La inflación y el miedo a no poder pagar lo cotidiano, aun sin incurrir en gastos extraordinarios, es uno de los principales factores que afectan la ansiedad de los argentinos. No se sabe cuánto valen las cosas y peor, cuánto vale el dinero con el que uno cuenta. Cada impacto inflacionario nos afecta.
Ansiedad sanitaria: Es el temor a la enfermedad, ya sea Covid, dengue u algún otro brote. Durante la pandemia hubo un incremento de los niveles de ansiedad. La preocupación real por las amenazas a la salud nos mantuvo y nos mantienen en alerta. Cada vez que hay algún brote, sea una nueva cepa, el dengue u otra enfermedad en el radar, para muchas personas aumenta patológicamente la ansiedad.
Ansiedad de las pantallas. La hiper conectividad y la exposición pública, capaces de dilapidar la reputación de una persona en minutos, generan una alta tasa de dependencia y a la vez se convierten en un factor de estrés. No sólo el cerebro recibe el shock de dopamina con cada gesto de aprobación en las redes, sino que se mantiene alerta ante la posibilidad de dar un mal paso o que otros nos expongan y que eso signifique el fin del buen nombre. ¿Qué dicen de mí? Eso es lo que se busca saber con el chequeo constante. Esto genera mucha ansiedad social y hasta puede provocar fobia social. Los adolescentes pueden vivir esta exposición como algo muy estresante, difícil de manejar y mantener en equilibrio.
Ansiedad por la inseguridad. Las noticias sobre robos, asesinatos, el temor a perder lo que uno tiene y sobre todo, la vida de uno o de los seres queridos hacen que la inseguridad no sólo sea sinónimo de delito sino la palabra que define el estado de indefensión en el que se vive, apunta Cruppi. La inseguridad alimenta la incertidumbre, el miedo y termina siendo un factor que potencia el estado de ansiedad.
La ansiedad verde. La crisis climática y el apocalipsis ambiental se convirtió en factor de angustia. Ante la dificultad de impulsar cambios significativos, globales y reales, que sean contundentes, muchos adolescentes viven su compromiso como activistas con elevados niveles de ansiedad, con un impacto sobre su salud. Del otro lado, la amenaza es tan grande y el compromiso de la sociedad tan bajo que para muchos se vuelve desesperante. La crisis climática alimenta la incertidumbre acerca del futuro. Los jóvenes están teniendo respuesta de afrontamiento positivo. Se organizan y tienen conductas proactivas. Intentan salir del laberinto por arriba.
Ansiedad del orden. Algunos pueden considerar que es un tema menor, una cuestión doméstica. Sin embargo la lucha cotidiana contra las cosas se volvió la imposibilidad de alcanzar paz mental. Detrás de ese fanatismo está la represión de la libertad. Todos necesitamos de algún tipo de orden, práctico, organizativo. El otro tiene que ver con una neurosis obsesiva; muchas madres ordenan porque dicen ‘No me puedo ir a dormir con juguetes en el piso’.
Ansiedad de la soledad. En una sociedad en la que cada vez más personas viven solas, el miedo a la soledad no deseada, con sus variantes, es factor de ansiedad. El temor a envejecer solos, la sensación de que los demás están pasándola mejor, en una fiesta en la que no nos invitaron tiene nombre: FOMO, Fear of Missing Out (Miedo a perderse de algo).
El padecimiento mental no es irreversible: puede afectar de modo parcial y transitorio la vida de una persona. Con el apoyo comunitario o de especialistas, la recuperación es posible.
Las personas con enfermedad mental no deben ser aisladas de su comunidad: todas las personas tienen derecho a recibir la atención sanitaria necesaria, acompañadas de sus afectos y en su comunidad. Ninguna enfermedad se cura con el aislamiento y el encierro. Las personas con padecimiento mental no son ni violentas, ni peligrosas: no existe una relación directa entre padecimiento mental y violencia. Detrás de cada persona hay una historia que determina su presente.
La salud mental no debe atenderse de forma diferente de la física. La salud es una sola, y su abordaje debe realizarse en los centros de salud y en los hospitales generales.
Cómo podés ayudar
La discriminación genera una mirada negativa sobre las personas con padecimiento mental. Cambiar nuestra actitud es fundamental para que las personas que lo sufren puedan integrarse en la sociedad.
No tengas miedo de las personas con padecimiento mental.
Escuchá y respetá las diversas formas que tienen de expresar sus sentimientos.
Acompañalas a ellas y a sus familias.
Tené en claro que las situaciones por consumos problemáticos de sustancias son problemáticas de salud, no de justicia. No deben abordarse desde una perspectiva policial para evitar la criminalización de los consumidores problemáticos.
Llamá a las personas por su nombre, no por la enfermedad que padecen. Alguien con esquizofrenia no es un/una “esquizofrénico/a”.
Tené en cuenta que cualquiera de nosotros/as puede atravesar un padecimiento mental. Puede ser un amigo, un familiar, podés ser vos.
Recordá. Una de cada cuatro personas en el mundo padece algún tipo de trastorno mental según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De éstos, dos tercios no reciben ningún tipo de atención. A su vez, quienes la reciben, se encuentran mayoritariamente internadas en hospitales o clínicas psiquiátricas.
El encierro y aislamiento en estas instituciones, contribuyen a la pérdida de habilidades sociales, generan dependencia y son contrarias a los derechos humanos.